JUBILEO DE LOS CONSAGRADOS. La Vida Consagrada cubana celebró, en el contexto de los 500 años de la fundación de la ciudad de La Habana y en sintonía con el Horizonte Inspirador de la CLAR, su JUBILEO.
500 años dando a conocer a Jesucristo para seguirle y amarle en La Perla del Caribe y para que el Reino de justicia y paz sean una realidad a continuación les hacemos llegar las palabras de Hna. Nadieska, presidenta de la CONCUR, en la Eucaristía por el jubileo de los Consagrados con ocasión de los 500 años de la fundación de la Ciudad de San Cristóbal de La Habana
Muy queridos hermanos:
Hace unos días estaba en una reunión de la congregación, y quien nos acompañaba era el Padre Gabriel Naranjo de la CM, uno de los últimos secretarios ejecutivos de la CLAR, tuve la oportunidad de conversar con él. Comenzó preguntándome por la vida religiosa en Cuba y por supuesto por los miembros de la Junta Directiva.
En un momento de nuestra conversación, me dijo dos cosas que me gustaría compartir hoy con ustedes:
La primera
Cuando expresaba mi dolor por el desmembramiento de la Junta Directiva con el cambio de religiosos y que esto lo he vivido como una poda para nuestra Junta, pero especialmente también para los consagrados ya que influye en la animación de cada uno y en especial porque este trabajo en equipo, se convirtió para nosotros en un equipo de vida…el Padre Naranjo en su sabiduría me dijo: Es hermoso lo que han vivido y no siempre se tiene esta posibilidad, pero piensa que de toda poda lo que surge es un HUMUS de Gracia, porque implica desprendimiento, ofrenda, mirada a la trascendencia y renovar nuestro manera itinerante de seguir al Maestro…
Agradecí en ese momento a Dios y aunque no dejo de extrañar a José Luis, María Paz, Sandra, y también aunque no se ha ido pero muy pronto lo hará el Hno. Jesús Bayo, quiero agradecerles siempre por haber sido parte de una linda experiencia en este hoy que hemos vivido, porque me pusieron el listón alto, creyeron en mí y arrimaron el hombro, como también los que permanecen, Yaquelin, Héctor, Gilberto, Maria Antonia, Wilmar, Claudia. Gracias Deseo expresar con mucha esperanza que esa reflexión del Padre me invita a retomar el camino, rehacer las fuerzas y apoyar nuevamente la confianza en la providencia de Dios, que cada día se levanta antes que el sol.
Lo segundo, fue que le compartí el trabajo que como Vida Consagrada vamos viviendo, y me dijo: Ustedes como Vida Consagrada en Cuba nos han enseñado a nosotros el modo, ustedes por la realidad difícil de tantos años han encontrado la manera de SER y Vivir Juntos, han sabido romper esquemas, se dan la mano y no permiten que nadie se quede atrás, la VC en Cuba tiene rostro de fiesta, de sacrificio, de Vida y sobre todo de Dios, no lo pierdan... Ustedes son responsables de seguirlo transmitiendo…
No puedo negar que me sentí humildemente orgullosa, puede parecer antagónico, pero hablo de la Humildad como la Verdad, así nos ha enseñado Santa Teresa...
Hoy mis queridos hermanos quiero dar gracias Dios por todos los religiosos que se han entregado en nuestro país y en especial en nuestra diócesis durante 500 años, cuantos nombres sin archivar, cuantos hermanos en el anonimato, cuanta entrega a través de 5 siglos de historia, se dice muy rápida la cifra, pero, pensemos cuántas generaciones de consagrados, de sacerdotes, obispos, cuánta escucha, cuántos enfermos sanados, cuántos niños y jóvenes formados, cuántos ancianos acompañados, cuánta oración sostenida por las religiosas de clausura, qué hermoso poder constatar tanta diversidad de carismas en una sola Iglesia, en esta Madre Iglesia que sigue siendo santa y pecadora, que se ha esforzado por dar acogida a todos, esta Iglesia en muchos momentos viva, con voz profética, en otros momentos silenciada, pero en toda ocasión en búsqueda de lo que Dios quiere…
En verdad brota desde lo más hondo del corazón un profundo sentimiento de gratitud por todo lo que significó en los inicios el esfuerzo de evangelización, la defensa en favor de los indios, el deseo profético y valiente de acabar con la esclavitud; mirar la historia con ojos de hoy no es juzgar el ayer, es agradecer creyendo que todo lo que hicieron fue siempre buscando el bien mayor.
Es bueno dar gracias también por el esplendor vocacional, por el florecimiento de obras según cada carisma, hoy también queremos reconocer la ofrenda dolorosa de los que fueron expulsados y nos dejaron un testimonio de entereza, de fidelidad a Dios, pues se fueron no por voluntad propia sino todo lo contrario, los fueron y aun muchos cargan con ese dolor inmenso y desde esa huella indeleble nos siguen acompañando con su oración, cercanía, respeto, otros ya desde el cielo nos sonríen y esperan para juntos celebrar la verdadera vida…
Ya más cercano a nuestros días queremos dar GRACIAS por los que pudieron quedarse y readaptaron el carisma a lo que exigieron los nuevos tiempos, GRACIAS a los que acogieron en sus casas a otros hermanos de diferentes congregaciones, gracias por los que volvieron después de muchos años…GRACIAS a todos los que nos han enseñado el modo de ser Vida Consagrada en Cuba, GRACIAS porque seguimos sintiéndonos como una familia grande.
Gracias en especial a todos los que siguen viniendo y adaptándose a una realidad tan diferente para muchos.
Gracias por traernos aire renovador, y sobre todo por hacer de este pueblo su pueblo…
No puedo terminar sin hacer una petición de perdón en especial dirigida a nuestros pueblo, a los más frágiles, perdón por el daño que hemos podido ocasionar, perdón por nuestras incoherencias, si en vez de entregar esperanzas, nos hemos sumado a la queja estéril y les hemos devuelto angustias, si en lugar de ver oportunidades les hemos entregado frustración o peor aún no les hemos ayudado a descubrir el verdadero sentido de la vida, por el que nosotros hemos hecho opción y profesión solemne…Perdón si lejos de sumarnos a restaurar grietas y vidas, hemos abierto heridas con nuestros anti testimonios.
Cuba querida la vida consagrada que vive en ti y hoy en especial la de La Habana una vez más te renueva sus deseos de entrega fecunda, te abraza convencida de que aún tiene mucho que ofrecerte, abraza los colores de tu bandera acogiéndote como ERES, porque como dijera hermosamente nuestra querida Dulce Maria Loynaz en su Poema 124: tú sigues siendo la tierra más hermosa que ojos humanos contemplaron. Sigues siendo la novia de Colón, la benjamina bien amada, el paraíso encontrado…Eres, a un tiempo mismo sencilla y altiva como Hatuey; ardiente y casta como Guarina…
Demos gracias y sigamos celebrando porque hoy estamos aquí en nombre de tantos, por ellos, por nuestros fundadores, por la audacia de nuestros superiores mayores en aquellos tiempos, por todo y por tanto demos Gracias y celebremos.
Un agradecimiento especial a Monseñor Juan García, por compartir con nosotros, por acogernos, por su cercanía fraterna, por su manera sencilla de ESTAR y por no poner obstáculos en el camino. GRACIAS. Es hermoso poder celebrar este jubileo en el marco de su nombramiento como Cardenal, es motivo de alegría porque el Papa ha fijado sus ojos en uno de los humildes pastores que se ha ganado el respeto de nuestro pueblo, sobre todo de los más sencillos, gracias por enseñarnos con tu vida el valor de lo pequeño, gracias por ser entre nosotros: hermano, amigo y compañero de camino.
Gracias a todos los que han hecho posible esta celebración, miembros de distintas congregaciones, estrechando cada vez más los lazos de cariño y sobre todo la riqueza de la diversidad puesta en marcha, alegrándonos de aportar desde lo que cada uno es y respetando el ser de otros, gracias por el trabajo en equipo que ha sumado alegría, responsabilidad y deseos de hacer posible el encuentro entre todos.
Una mención y cariño especial a nuestros hermanos laicos, por apoyarnos, acompañarnos y por retarnos a que seamos mejores cada día, por la invitación que nos hacen con sus vidas a la coherencia. Gracias.
En el corazón de nuestra Madre y Patrona dejo las intenciones, deseos, sueños preocupaciones de cada congregación, Instituto, Sociedad de Vida Apostólica, Institutos Seculares, de todos y cada uno de ustedes, allí en ese corazón latente escucharemos una vez más a la Madre Buena susurrar: Hagan todo lo que Él les diga, Ya es la hora.