Cuaresma I semana


En este relato del evangelio de San Lucas es muy importante fijarnos en los protagonismos.El diablo es el protagonista de la tentación. Jesús es el protagonista de la
fidelidad a Dios en medio de la tentación.El desierto es el escenario de este drama.Además de Jesús, es el Espíritu el principal protagonista.

El diablo tienta en el desierto, pero es el Espíritu quien va llevando a Jesús. El desierto no es propiedad del diablo;va a ser para Jesús lo mismo que fue para el pueblo de Israel: una escuela de aprendizaje para llegar a ser pueblo escogido. Lugar de conflictos,dureza, terribles pruebas; pero también donde el pueblo pudo escuchar con más nitidez la voz del Señor.

Después del comienzo el pasado miércoles de Ceniza, la Iglesia nos invita a entrar en la Cuaresma a través de este relato de las tentaciones de Jesús. Nos va a
recordar que el seguimiento de Él estará siempre expuesto a sufrir tentaciones.

Existen tentaciones menos peligrosas,porque se ve con claridad que vienen del enemigo de la naturaleza humana. Hay otras que se parecen más a las que experimentó Jesús. Las tres tentaciones de Jesús no tienen que ver con los fines, sino con los medios. El diablo se presenta como servidor de la causa de Jesús.

En la primera, el diablo invita a Jesús a satisfacer la legítima necesidad del alimento: “Haz que estas piedras se conviertan en pan”. En cada tentación, Jesús, ayudado por el Espíritu, responderá citando la Escritura.“No de solo pan vive el hombre”.

En la segunda, el diablo le va a ofrecer todos los recursos del poder y el dinero para llevar a cabo su misión. Miente diciendo que todos los reinos de la tierra son suyos y los da a quien quiera. Solamente le pide a Jesús que lo adore. Jesús responderá: “Adorarás al Señor tu Dios y sólo a Él darás culto”.

En la tercera, el diablo invita a Jesús a seducir a la gente con el despliegue de poder del auxilio de los ángeles. Nadie podrá resistirse a creer. La respuesta de Jesús
fue: “No tentarás al Señor tu Dios”.

Quiero invitar a las personas a creer libremente. Sin deslumbramientos. Le pedimos al Señor en esta Cuaresma que también el Espíritu nos vaya llevando por el
desierto..

  
Escrito por: P. Alberto García Sánchez, S.J.